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jueves, 25 de noviembre de 2010

Sahara y las relaciones Hispano-Marroquíes


Analizar las relaciones de España con Marruecos, requiere un diagnóstico realista de este país, concretar el grado de su estabilidad política y social, su desarrollo, su estabilidad económica y su potencial económico. Es obvio que la diplomacia española se ha esforzado en los últimos 20 años en comprender mejor a Marruecos y en buscar líneas de conexión más resistentes que en la época anterior, de hecho Marruecos es país de prioridad en la política exterior española, destino de la primera salida al exterior de todos los presidentes de gobierno de la democracia española excepto Adolfo Suárez. Sin embargo las relaciones con Marruecos no consiguen la estabilidad deseada y son cada vez más conflictivas a pesar del empeño diplomático mutuo de presentarlas como excelentes.
¿Sabe de verdad España lo que ocurre en Marruecos? y no me refiero a la información recabada por los servicios de inteligencia, ¿baraja el Estado español otro escenario político en Marruecos que no sea el de la aparente estabilidad actual?

La imaginería occidental considera la monarquía marroquí como garante del orden y por consiguiente considera a Marruecos como un aliado inmune a la influencia islamista. Lo cierto es que la monarquía de Mohamed VI ha conseguido “asegurar” la estabilidad a costa de aplazar las reformas políticas y lo cierto también, es que se trata de una estabilidad frágil en una región muy contaminada por el fenómeno islamista, gracias en parte a la represión y despilfarro del poder vigente, algo en lo que coincide Marruecos con muchos Estados musulmanes (Egipto, Túnez, Jordania etc...).
Tanto E.E.U.U como el resto de las potencias occidentales valoran la tranquilidad aparente en Marruecos, pero también prevén escenarios alternativos: E.E.UU. incluso mantiene contactos con la fuerza islámica de marruecos que más discute la monarquía: los sufistas de Justicia y Caridad liderados por Abdeslam Yassine discuten abiertamente el mito de la monarquía como eje imprescindible del poder en Marruecos.


Si la “transición democrática” de Mohamed VI tan anunciada y publicitada en occidente no acaba de cuajar y cuando más se justifica su aplazamiento en aras de la estabilidad y el freno del avance islamista, los islamistas acabarán siendo la única oposición en Marruecos; y si el cambio solo es posible a costa del majzen* y la monarquía, serán los islamistas, quienes tarde o temprano intentarán debilitarlos y acabar con ambos. Este más que probable escenario nos obliga a prever el auténtico riesgo radicado en la propia naturaleza del majzén, que éste último curiosamente disputa con los islamistas la representatividad religiosa y ambos la consideran base de la legitimidad del poder.

España, sin política propia en el Magreb, muy atada a la política exterior francesa y muy ligada a la historia colonial de sus relaciones con Marruecos que mantiene unas relaciones muy marcadas por el conflicto del Sahara y por Ceuta y Melilla, sigue sin tener un análisis propio de las cosas en Marruecos y por tanto sin política propia frente al reino de Marruecos. España mantiene desde la marcha verde en 1975 una mezcla de política de avestruz en los temas de conflicto, con una visión de alianza estratégica y económica preferente acertadamente inaugurada por los gobiernos de Felipe González.

A día de hoy, es irrebatible que las relaciones hispano-marroquíes son de buenas como de malas, y así lo han sido desde siempre. Las múltiples concesiones marroquíes no han surtido efecto, si acaso, han alimentado una política del recurso fácil a la agresión exterior como ocurrió con el conflicto de la roca de Perejil con el gobierno de José María Aznar. Las pocas concesiones españolas en materia de inmigración o de apoyo a Marruecos en sus relaciones con la Unión Europea tampoco han sido suficientes para relajar del todo el encuentro entre ambos Estados.

Por otra parte, la diplomacia marroquí muy influida por la escuela francesa, no consiguió ni durante el reinado de Hassan II, ni con el actual Rey de Marruecos, movilizar su potencial humano (inmigrantes) y la condición de Marruecos como potencial mercado, para mover las posiciones españolas hacia un punto más favorable en el tema que más preocupa hoy a los marroquíes, que es el Sahara.

España tiene intereses estratégicos en la región que exigen un análisis exhaustivo de las consecuencias que una u otra postura tendría sobre ellos, desde España se deben imaginar todos los escenarios posibles, incluyendo el de un pequeño Estado saharaui caído en manos de islamistas radicales (muy activos en el sahel) a tiro de las costas de las Islas Canarias y un Marruecos en crisis con las consecuencias que puede tener sobre la estabilidad de la región y la seguridad de España. Ambos Estados deben valorar las deficiencias de sus relaciones cuyo análisis debe ser realista y no voluntarista.

Es irrebatible que la independencia del Sahara supondría una desestabilidad en Marruecos, tanto que puede acelerar el avance islámico radical en todo el Magreb incluido el Sáhara, y con unas consecuencias devastadoras sobre Europa y especialmente sobre sus fronteras más inmediatas que son España y Portugal. No es un escenario de pura imaginación, sino es el que calculan los movimientos islamistas armados y muy activos en el Sahel (El Sahara, el desierto de Mauritania, Mali…). Es una realidad que deben saber los pueblos de la región y muy especialmente el español y son precisamente los movimientos sociales y los partidos políticos españoles quienes deben actuar en consecuencia y con responsabilidad, deben reconducir su valiosa solidaridad con el pueblo Saharaui hacia una solución que garantice la libertad para todos los pueblos del Magreb, a la vez que garanticen la seguridad y el desarrollo de España; los españoles deben ser capaces de transformar su apoyo emocional a los saharauis en un apoyo realista que garantice a todos los pueblos de esta región el mejor futuro.


majzen* (Estado marroquí tradicional, anterior al Protectorado)

Bernabé López García

Día a día en ATIME


Necesidades actuales de las mujeres magrebíes

Las atenciones a mujeres de origen magrebí en ATIME revelan una serie de singularidades, entendidas desde la perspectiva de los hándicaps o frenos a la integración socio-laboral, en comparación con personas inmigradas en España de otras nacionalidades, que son las siguientes:

A nivel personal:

- Dificultades con el idioma: escaso conocimiento de la lengua castellana.
- Se necesita en muchas ocasiones intérprete para poder trabajar con ellas tanto en los servicios generales de ATIME como en los acompañamientos en las derivaciones a servicios externos de la entidad.
- Muestra de cierto freno ante la formación como requisito previo para conseguir empleo.
- Suelen limitarse al ámbito doméstico.

En relación con su entorno inmediato (núcleo familiar y red social):

- Sumisión a la autorización de padres, maridos o novios para la realización de actividades (cursos, talleres, etc.) y de trabajos fuera de casa.
- Escaso conocimiento de los recursos sociales de la zona.
- Falta de concienciación de la importancia de conocer la lengua del país de acogida.
- Freno ante actividades que se promueven no sólo desde ATIME sino en aquellas gestionadas y organizadas por las entidades y organismos de sus zonas de residencia.
- Las redes sociales y de apoyo son escasas y generalmente se restringen a personas de su misma nacionalidad.
- Baja interacción y, por tanto, inserción social con otras mujeres no magrebíes.
Las mujeres magrebíes usuarias de los servicios de ATIME presentan además singularidades a la hora de realizar una búsqueda de empleo como:

- Elección de empleos y formación basados en la tradición femenina de su país de origen (empleada de hogar, limpiadora, cocinera).
- En determinados empleos, el velo puede llegar a ser un criterio de exclusión de una oferta laboral y más si se intenta promocionar al desarrollo de una actividad laboral de cara al público.

Hoy en día se endurece la búsqueda de empleo por los efectos de la crisis y con atención a los perfiles descritos ( bajo nivel de castellano y poca formación) se agrava. Con ello hay que tener en cuenta que cada vez más mujeres de diferentes nacionalidades buscan trabajo en el sector doméstico, debido a que se han quedado sin trabajo en otros sectores laborales. Incluso se percibe el aumento de mujeres españolas en busca de trabajo en el sector. Esto ha influido directamente en el descenso de contrataciones de mujeres magrebíes ya que los empleadores españoles prefieren contratar a mujeres nativas. En algunos casos además, nuestras usuarias han dejado de contar con ayudas de servicios sociales con las que hasta el momento habían podido contar: ayudas económicas, en especie, etc.

En provincias donde se presenta mayor contratación en el sector agrario como son Jaén, Murcia y Almería, se trata de mujeres que siempre han trabajado en la agricultura por la facilidad de acceso a estos empleos y, ante su pérdida, se encuentran en una situación de inflexibilidad ante posibilidades de empleabilidad.

Consecuencias destacables desde ATIME son el sentimiento de pesimismo ante sus posibilidades de futuro laboral en nuestro país, re-inmigración a otros países de la UE o regreso al país de origen para largo tiempo. Se están viviendo procesos de desmembramiento familiar (separación temporal de los cónyuges y/o hijos a cargo en busca de mejores oportunidades). En aquellos que siguen residiendo en España, en la mayoría de los núcleos familiares hay más de un miembro en situación de desempleo. Las mujeres asumen o comparten la asunción de la carga económica familiar. La falta de alternativas provoca entre ellas un aumento en su sensación de desasosiego, stress y cuadros de ansiedad.

Se debe de trabajar con ellas para facilitar su integración sociolaboral, siempre desde el respeto por sus costumbres, y tratando que su selección de formación y empleo se abra a nuevas posibilidades. Tras una previa fase de:

- Concienciar sobre la necesidad de aprender castellano como herramienta básica para desenvolverse en el ámbito socio-laboral.
- Concienciar ante la necesidad de asistir a talleres de competencias pre-laborales.
- Concienciar ante la necesidad de adquirir formación.

En ATIME intentamos resolver este problema concienciando, sensibilizando y mediando con los/as empleadores con los/as que se trabaja.

En la actualidad se plantea necesario ampliar programas de formación laboral / formación para el empleo. Las mujeres magrebíes que atendemos en ATIME necesitan encontrar empleo y no se plantean dedicar tiempo a formarse, siempre y cuando estas acciones de formación no suplan en alguna de sus formas sus necesidades económicas y sean flexibles en cuanto a procedimientos de acceso.

Entrevista a Juan de Dios Ramírez Heredia



"El racismo es un enfermedad contagiosa"





P - Vd. ha sido testigo directo de la deportación de los gitanos rumanos en Francia, ¿cuál es la situación actual en Francia?

R.- La situación no ha cambiado. Tan solo ha habido una apariencia de cambio en la medida en que Francia ha reconocido que no había realizado la transposición a su ordenamiento jurídico interno de la Directiva 2004/38 relativa al derecho de los ciudadanos de la Unión y de los miembros de sus familias a circular y residir libremente en el territorio de los Estados miembros. Al mismo tiempo, el cambio de Gobierno en Francia y la destitución del ministro de emigración se ha interpretado como una censura a la política de deportaciones realizadas por Sarkozy. Pero no ha sido realmente así. Las deportaciones siguen realizándose aunque ahora tengan menor relieve informativo.

P.- ¿Qué medidas han planteado o van a llevar a cabo al respecto?

R.- La estrategia seguida inicialmente por la Unión Romani, secundada por la mayoría de las organizaciones gitanas europeas ha sido la siguiente: primero lograr que los medios de comunicación se posicionen junto a nosotros con el fin de denunciar el comportamiento del Gobierno francés. Debo reconocer que este objetivo se ha cumplido ampliamente. La inmensa mayoría de los periodistas y comunicadores del mundo han denunciado a Sarkozy y han defendido los derechos humanos vulnerados de los gitanos rumanos y búlgaros. Segundo: Hemos procurado que políticamente se tomaran medidas en defensa de nuestra comunidad. Igualmente manifiesto que este objetivo ha sido cubierto en gran medida. Con carácter de resumen debo señalar la magnífica Resolución del Parlamento Europeo, de 9 de septiembre de 2010, sobre la situación de la población gitana y sobre la libre circulación en la Unión Europea. Tercero: Queremos que la justicia intervenga. Queremos que el tribunal de Justicia de la Unión Europea intervenga y sancione al Gobierno francés. Desgraciadamente eso, hasta ahora, no lo hemos conseguido.


P.- ¿Cómo valora la actuación de los responsables de la Unión Europea?

R.- Mal, francamente mal. La Comisión se ha replegado ante la amenaza de Sarkozy de entender que una postura de la institución denunciándole por la infracción de la Carta de los Derechos Fundamentales aprobada por el Tratado de la Unión Europea (Constitución de Lisboa) lo entendería como una “declaración de guerra”. Todos recordamos la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno celebrada en Bruselas el 29 de septiembre pasado en la que la Comisión concedió a París dos semanas de plazo para ponerse a bien con la ley En esa reunión se renunció a abrir el procedimiento por discriminación, cosa políticamente muy grave, que Viviane Reding, la comisaria de Justicia y Derecho Fundamentales, creía inevitable.


P.- Primero fue Suiza, luego Italia, Francia, algunos Ayuntamientos catalanes... los brotes de racismo y xenofobia que están surgiendo ¿merecen una mayor atención por parte de las autoridades?

R.- Y ahora también España. En el momento en que contesto a sus preguntas acabo de saber que en la ciudad de Motril, en la costa granadina, al grito de “hacemos lo mismo que Sarkozy” se han deportado a varias familias gitanas rumanas, subiéndolas en autobuses y mandándolas a Rumania. Sin duda alguna las autoridades deben intervenir y deben hacerlo con decisión y con valentía. Cuando algunos ciudadanos españoles actuaron violentamente contra las personas y las viviendas de gitanos inocentes de haber cometido ningún delito, les denunciamos, les llevamos ante los Tribunales penales españoles y fueron condenados. A nuestro entender los jueces cumplen con su fin primordial cuando dictan sentencias justas. De esta forma ejercen sobre la sociedad una acción ejemplarizante y preventiva ante la tentación que siempre tienen los racistas de tomarse la justicia por su mano.


P.- ¿Han percibido una falta de solidaridad de los representantes políticos de la Unión Europea para la solución del conflicto?

R.- Depende. No podemos medirles a todos por el mismo rasero. Me complace reconocer que miembros muy destacados del propio partido del señor Sarkozy se han manifestado con decisión en contra de las deportaciones francesas. La izquierda europea, por el contrario, ha sido unánime al posicionarse junto a los gitanos en este duro trance.

P.- ¿Y cómo ha sido la reacción del Gobierno y clase política española?

R.- Nos decepciona, como no, que algunos dirigentes políticos de quienes esperábamos mayor firmeza y claridad en la denuncia de cualquier manifestación racista e insolidariza no se haya producido con la debida contundencia. Otros, sin embargo, nos han manifestado su solidaridad y la han hecho pública en diferentes medios de comunicación. Igualmente debo manifestar que algunos ayuntamientos españoles han celebrado plenos en los que se han aprobado mociones de condena al gobierno francés así como sentimientos de solidaridad con los gitanos deportados.


P.- Empezamos ahora una campaña electoral en Cataluña y vuelven los viejos silogismos de gitanos-rumanos-delincuentes-, ¿qué siente al escuchar lo mismo en todas las campañas únicamente con la finalidad de conseguir votos?

R.- Mire usted, el racismo es una enfermedad contagiosa y la extrema derecha es especialista en la administración de esa enfermedad. Por otra parte no debemos olvidar que en épocas de crisis los partidos racistas suelen hacer su agosto. Ocurre en todas partes y especialmente en Francia. La lástima es que partidos democráticos que gozan de la adhesión de millones de españoles puedan caer en la tentación de utilizar los tópicos a los que usted se refiere. De todas formas, yo confío en que esas manifestaciones sean puntuales y no tengan mayor trascendencia.

Elecciones en Catalunya


Entrando en el segundo decenio de este siglo auguramos malos tiempos para la tolerancia. El rico refranero español ya advierte que cuando la pobreza entra por la puerta el amor sale por la ventana y parece que con la crisis, por la ventana quieren tirar a los inmigrantes, a los gitanos... con la excusa de la situación económica la xenofobia, que aparentemente estaba desterrada en la época de bonanza económica, se nos muestra en todo su esplendor.

Nos encontramos en un periodo de campaña electoral y es motivo de preocupación y muy seria ¿cómo pueden algunos candidatos a presidir un gobierno autonómico en España ser manifiestamente xenófobos?

La lectura de los programas electorales para las próximas elecciones en Cataluña en materia de inmigración no nos puede dejar tranquilos y mucho menos indiferentes. Ya hemos leído en diversos foros de Internet que hay voces que se alzan pidiendo que ninguna personas inmigrantes con derecho a voto vote a partidos con propuestas xenófobas o racistas. Hay que castigarles en las urnas.

Examinando las diferentes propuestas, hay organizaciones políticas, o pseudo-políticas como Plataforma para Catalunya que abiertamente declaran su xenofobia y -quizás en un ejercicio de evidente sinceridad- no se esconden, abiertamente lo dicen y cuando se les invita a intervenir en un ejercicio demócrata, de participación, como ha hecho “En Diálogo” se niegan a participar; su política en relación a la inmigración es clara y diáfana, si todos se van, se acaba el problema de la inmigración y si no, les echamos. Coincide curiosamente con la solución que los falangistas daban hace unos quince años: “inmigrante, ayúdanos a resolver el problema de la inmigración, vuélvete a casa...”

Otras organizaciones, como el Partido Popular en Cataluña nos preocupan más dado que oficialmente quieren defender la “firmeza” con la inmigración, algo que nos suena a eso tan arcaico de ley, orden.... (solo falta Dios como en la antigua “imaginería” franquista) pero en cuanto pueden se revela su verdadera faz con algo tan vulgar y repugnante como el videojuego de Alicia (Lara Croft), donde había que eliminar a inmigrantes ilegales. Eso sí, como cayeron en que fue un error hacer públicas de tal forma sus pensamientos, manifiesta la candidata que no debía poner inmigrantes ilegales, sino “mafias ilegales” (sic). Curioso equívoco señora candidata, ¿hay alguna mafia legal? ¿Quizás son mafias legales las que regalan trajes y relojes a políticos corruptos?. Nos preocupa también el hecho (que nos reafirma en la afirmación inicial que corren malos tiempos para la tolerancia) que quieran convertir instrumentos nacidos y creados para otras causas como el Padrón Municipal en un instrumento al servicio de la Policía del Estado...

Otras formaciones como Ciudadanos, abiertamente zanjan la cuestión tras afirmar una retahíla de tópicos sobre integración, regulación (parece ser que son muchos los inmigrantes, sobran ya) afirman indubitadamente: “se debe retornar a todos los inmigrantes que sea posible”. Confieso que he tenido que leer varias veces el párrafo para convencerme de que ponía eso, pero lo dice: se debe retornar a todos los que sea posible. Se olvidan que el retorno es sólo una política residual con la finalidad de evitar la exclusión social, para aquellos exclusivos supuestos en que la realidad de la situación del inmigrante hace completamente inviable su esperanza de vida en nuestro país o quizás no se olvidan de eso, es que ni tan siquiera lo saben.

Estas opiniones nos preocupan y nos llevan a pensar que si la inmigración es según el barómetro del CIS el cuarto “problema” de los españoles (mejor sería llamar al fenómeno de la inmigración, preocupación y no problema) existen formaciones políticas, algunas detentando el poder (no solo las de oposición), que predican una institucionalización de la xenofobia que algunos pensábamos, quizás ingenuamente, que en nuestra recién multicultural sociedad ya estaba superada o en clara vía de superación.